miércoles, 14 de octubre de 2015

Con un mínimo de coherencia se puede conservar la salud, el resto para las medicinas

Coherencia para vivir, para sentir y para imaginar en tiempos de la febril modernidad, condición sine qua non para no padecer sufrimientos y enfermedades evitables, porque las enfermedades degenerativas, neoplasias, autoinmunes y tantas otras similares tienen en su origen y en la modulación de su gravedad a las "malas vibras" de la incoherencia.
Disponer de tiempo para respirar conscientemente, para escuchar (al propio cuerpo y al ajeno), para integrar, para atender y sintonizar con el presente es lo mínimo que se requiere para conservar la salud.

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