“…por Buen
Vivir [entendemos] la satisfacción de las necesidades,
la consecución
de una calidad de vida y muerte digna, al amar y ser amado,
y el
florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y
la prolongación indefinida de las culturas
humanas.
El Buen Vivir presupone
tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y
que las
libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los
individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente
aquello que
la sociedad,
los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno –visto como un
ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo
de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a
otro)” Lo dijo René Ramírez hace un par de años
El panorama lampedusiano de los últimos diez años de la salud pública en el
Ecuador y particularmente de la atención obstétrica básica pone en evidencia
que, como afirma Žižek, la realidad es indistinguible de la ideología (Žižek 2003:23); modelos, estrategias,
normativas, protocolos, disposiciones y discursos oficiales que coleccionan
principios y enfoques de género, equidad, interculturalidad y más [1]
expresan una ideología que funciona simplificando la complejidad social y
cultural y produciendo ficciones que se asumen como verdades, se trata, en
muchos casos, de productos simbólicos [2]
que forman parte de un sistema interpretativo cerrado e impermeable que
condiciona voluntades y recluta fidelidades a la par que estigmatiza los otros
saberes y los conocimientos científicos no biomédicos, el sumak kawsay del cambio para que nada cambie".
[1] En los Lineamientos
operativos para la implementación del modelo de atención integral de salud MAIS
(2011:9) se mencionan los siguientes principios: “Universalidad progresiva
en el acceso y la cobertura; integralidad; equidad; continuidad; participación;
desconcentración; eficiencia, eficacia y calidad; enfoque intersectorial; fortalecimiento
de la participación plena de la comunidad y sus organizaciones; cambio de la
expresión médico-paciente a la relación equipo de salud-persona sujeto de
derechos o ciudadano; búsqueda no solo resultados institucionales sino
fundamentalmente resultados de impacto social”.
[2] "la
Patria", "el País", los símbolos patrios, "el Presidente de la República", el Sistema
Nacional de Salud y el Sumak kawsay,
entre otros.
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