lunes, 29 de septiembre de 2014

Investigar y publicar

La investigación y la publicación hacen parte del trabajo académico desde los inicios mismos de la universidad, primero indagaciones y transcripciones a cargo de monjes y religiosos en los conventos y monasterios, luego una práctica, igualmente disciplinada y sistemática, a cargo de laicos poseedores de un "método científico" e interesados en las "causas eficientes" y no en las "casusa finales"; en uno y otro caso buscando explicaciones y perseverando en la tarea de inscribir (registrar y preservar) un conocimiento que se consideraba especial, superior al saber popular. Sin embargo, estas dos actividades, investigación y publicación, en los tiempos contemporáneos, son, en  muchos casos, artificios vacios de un quehacer académico que fetichiza la palabra escrita, aun a sabiendas de identificar simplificaciones, inexactitudes y engaños, de los cuales están plagadas las revistas científicas, incluyendo las denominadas indexadas. Cosa parecida ocurre con la producción académica que privilegia la publicación de libros, muchos de los cuales solo serán citados por el autor y sus panegíricos. ¡Cuánta falta hace reconocer la tarea investigativa que no tienen por finalidad publicitar egos! ¡Cuánto papel mal gastado en consignar pequeñas ideas!

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